Lunes, 18 Marzo 2024 14:20

El proyecto CARBOAGRI avanza en la búsqueda de una agricultura que reduzca las emisiones de carbono

Escrito por UCC+i
Integrantes del grupo de investigación del proyecto CARBOAGRI. Integrantes del grupo de investigación del proyecto CARBOAGRI.

El grupo operativo ha iniciado durante los últimos meses varios ensayos en fincas comerciales para demostrar la viabilidad de una serie de técnicas enmarcadas en la llamada “agricultura regenerativa”


En un contexto de cambio climático cuyos efectos están siendo cada vez más preocupantes, el proyecto CARBOAGRI estudia nuevas formas de cultivar que pueden favorecer la recuperación de los recursos naturales mediante nuevas prácticas agrícolas. De esta forma, el equipo ha iniciado este invierno varios ensayos en fincas comerciales de la provincia de Sevilla para demostrar la viabilidad de una serie de técnicas enmarcadas en la llamada “agricultura regenerativa”.


Los ensayos realizados combinan la implementación de técnicas de agricultura de conservación, como el no laboreo o la rotación de cultivos, con la sustitución de parte de la fertilización de síntesis por fuentes orgánicas de fertilización proveniente del digestato producido por plantas de biogás andaluzas. Estas técnicas contribuyen a alcanzar una agricultura que favorece la biodiversidad en comparación con las prácticas habituales, contribuye a mejorar la fertilidad de los suelos, y reduce de forma significativa las emisiones de carbono producidas por la agricultura.


Un consorcio de entidades andaluzas 
El proyecto CARBOAGRI fue seleccionado el pasado mes de diciembre por la Junta de Andalucía para recibir una financiación de la Asociación Europea de Innovación (AEI) mediante la convocatoria de Grupos Operativos andaluces. El consorcio del proyecto, coordinado por la empresa Gabinete de Iniciativas Europeas, S.L. (GIESA), cuenta con la participación de REALIMA S.L., La ETSIAM de la Universidad de Córdoba (UCO), la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos (AEAC.SV) y la Sociedad Cooperativa Andaluza Campos de Tejada.


“La agricultura tiene un papel central en los retos ambientales que afronta la sociedad, como pueden ser alcanzar una economía neutra en carbono en el 2050 o recuperar la biodiversidad” subraya Sébastien Guéry, coordinador del proyecto. “De ser parte del problema con la contaminación y la reducción de biodiversidad que provoca actualmente, la agricultura puede pasar a ser un motor esencial en la solución, además de producir alimentos. Una mejor gestión del suelo es clave para almacenar carbono, retener el agua e incrementar la biodiversidad”.


En este sentido, el uso de digestato proveniente de plantas de biogás cumple con todos estos objetivos: se trata de un recurso local, que no supone emisiones para su fabricación como los abonos de síntesis, y que contribuye a aumentar el contenido en materia orgánica en el suelo a largo plazo. Combinado con otras prácticas de agricultura de conservación como el no laboreo, la rotación o la asociación de cultivos, promovidas por los eco-regímenes de la Política Agrícola Común (PAC), se pueden lograr diferencias significativas en el nivel de carbono almacenado en el suelo.


El proyecto estudiará durante 2 campañas (2024 y 2025) la implementación de estas técnicas en rotaciones de cultivo habitualmente practicadas en Andalucía, como puede ser la rotación de guisante, trigo y garbanzo. Se medirán los rendimientos obtenidos, y la evolución de la composición del suelo durante este periodo. “Para mí, este proyecto es una oportunidad para mejorar la fertilidad de mi suelo y reducir mis costes” subraya Manuel Silva, el agricultor con quien se implementa los ensayos; quien añade que “viendo el precio de los insumos, necesitamos buscar nuevas soluciones para ser productivos a largo plazo”.


El paso final de este proyecto lo constituye la certificación de las buenas prácticas implementadas en un esquema de certificación de carbono. Así, la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero conseguida, o el incremento de fijación de carbono en el suelo puede suponer una remuneración extra para el agricultor a través de créditos o de certificados. “Los agricultores tienen que seguir ganándose la vida gracias a los alimentos que producen para la sociedad, pero también deben percibir una retribución por su contribución a los retos ambientales que nos benefician a todos”, concluye Sébastien Guéry.


Con el asesoramiento de la Asociación Española de Agricultura de Conservación Suelos Vivos, la empresa Realima junto con la Universidad de Córdoba desarrollarán una aplicación App para uso de los agricultores, que les permitirá registrar el cumplimiento de todas las acciones y tareas que contempla el protocolo o modelo de utilización de fertilizante orgánico en sustitución de abono químico.

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