En el ingreso de los nuevos doctores actuaron como padrinos los profesores Miguel Ángel García Peinado, del Departamento de Lenguas Romances, Estudios Semíticos y Traducción e Interpretación, y Francisco Gracia Navarro, del Departamento de Biología Celular, Fisiología e Inmunología. Ambos detallaron en su laudatio no sólo los méritos científicos y docentes, en los dos casos más que suficientes para ingresar en la Universidad de Córdoba, sino personales. Las lecciones ofrecidas por Alvar y Vaudry lograron cautivar a los más de 250 asistentes al acto. El primero de ellos retrató con sus palabras a una Córdoba imaginaria e imaginada por los poemas épicos del medievo. Una ciudad de reyes, situada junto al mar y tras una colina, cercana a Túnez y a Lérida y ubicada, a tenor de los versos, en algún punto del noroeste peninsular. Una ciudad imposible en la Córdoba que ayer recibió a Carlos Alvar en su Universidad.
Vaudry, por su parte, ofreció una magnífica lección no sólo científica, sino pedagógica. En inglés, pero con un marcado acento francés, el profesor demostró por qué es considerado como un magnífico docente capaz de despertar inquietudes entre sus alumnos y jóvenes investigadores. Y es que a pesar de lo especializado de su discurso, las explicaciones de Vaudry sobre la interacción entre las glándulas endocrinas y el cerebro y el funcionamiento de éste como productor de hormonas (un concepto revolucionario en su área de conocimiento) fueron seguidas atentamente por todos los asistentes.
Para descargar los discursos del acto, pulse sobre cada uno de ellos
Laudatio de Carlos Alvar, por Miguel Ángel García Peinado
Laudatio de Hubert Vaudry, por Francisco Gracia Navarro
Discurso de agradecimiento de Carlos Alvar
Discurso de agradecimiento de Hubert Vaudry
Discurso de bienvenida por el rector